¿dE DÓNDE VENGO?
¿a DÓNDE VOY?

Me llamo Javi y nací en Águilas (Murcia) el mismo año en que fue refrendada la (mal llamada) Constitución.

Soy hijo de los agricultores Andrés y Dolores. Crecí en una familia humilde que me enseñó el valor del esfuerzo y trabajo constantes. Además, aprendí actitudes como terminar todo lo que empiezo y cumplir con la palabra dada.

Mis padres me costearon los estudios de Ingeniería Informática en la Universidad de Murcia y me dieron a una hermana, Isa, de la que estoy muy orgulloso (es una crack).

Una vez acabados los estudios trabajé como programador de bases de datos en la empresa privada un par de años, pero cuando surgió la oportunidad me puse a prueba en el mundo de la enseñanza ya que desde el instituto se me daba bien y me hacía sentir genial resolver las dudas de mis compañeros de clase. ¡Menos mal que se me ocurrió hacer el CAP (Certificado de Actitud Pedagógica) durante mi último año de carrera! Ese título me habilitaba como profesor para poder trabajar en centros docentes.

A los dos meses ya lo quería dejar. Ese trabajo, sobre todo con adolescentes, requiere de unas capacidades emocionales que se pueden ver desbordadas muy fácilmente, según las situaciones que vivas en el aula o con las familias. No obstante, el apoyo de mis compañeros y familiares me hizo recolocar mi puzle mental y coger el timón de la situación. Actualmente, tras años de estudio, esfuerzo, trabajo, dedicación y la correspondiente pizca de suerte, soy funcionario del Estado como profesor de Informática. Tengo un trabajo, en el ámbito de la Formación Profesional, que me apasiona y con el que disfruto formando adolescentes para labrarse un futuro mejor.

Además, estoy casado con Macri a la que conocí mientras estaba en la Universidad (no todo iba a ser estudiar) y tenemos una hija, Eva, que es un torbellino adorable.

Durante el confinamiento de 2020 fui conocedor de la inexistencia de democracia en España y, tras superar el shock, tuve claro que mi deber moral como profesor era difundir la verdad de la (mal llamada) Transición a todo el mundo para que nadie permaneciera en el engaño en el que yo estaba.

Se encendió en mí una llama que sigue viva a día de hoy ...